martes, 31 de mayo de 2016

Perapertú -un pueblo, un bosque de acebos y robles- “Nuestra montaña palentina”





Perapertú -un pueblo, un bosque de acebos y robles-
“Nuestra montaña palentina”

 (Siempre que regresas a la montaña encuentras algo diferente e interesante)
“Sensaciones en la cima”
24 de mayo de 2016

        Hemos salido en coche desde Cervera, pasamos por el Valle de Mudá hasta llegar al pueblo de Perapertú.  Es una ruta de ascenso suave por una buena pista, nos asomamos al Valle de Castillerías, regresamos y ascendemos entre la Sierra Corisa y la Sierra de la Braña. y descendemos anárquicamente por sendas y veredas, atravesando un bosque de robles y acebos. No crea grandes dificultades.

Recorrimos 15 km.
Caminantes:  Manolo, Luis, Alberto, Ángel, Otto, y Teo.



      






Iglesia de Perapertú








“Sensaciones”

Perapertú -un pueblo, un bosque de acebos y robles-

“Nuestra montaña palentina 




Sobre el montículo de hierba fresca, junto al manzano florido, cerca de la rústica fragua, surge como si de un gigantesco bunker se tratara, una edificación enorme. Sobresalta, intimida. Es un edificio de hormigón, es un cubo en vuelo, con unas grandes baldosas de cemento en volúmenes rectos. En la parte frontal, enormes cristaleras. Mis amigos montañeros me comentan que deje constancia de lo que vemos.
Iniciamos la marcha en Perapertú que es un pueblo encantador de la montaña palentina.
Nuestra aspiración es simple, caminar tranquilamente por la naturaleza. No buscas nada especial. Los recursos sonoros y visuales del medio, hacen que percibas su esencia y te proporcionen placer y relajación.
Hay comadrería, buena disposición y curiosidad. Nos acompañan los colores floridos de la naturaleza, cuerpo y mente se unen y como si de magia se tratara, descubres caprichosos bosques de robles, acebos y abedules.
Respiras aire puro, no hay fatiga, ni inquietud. La primavera se asienta, encuentras manantiales de agua fresca, escuchas el canto de pájaros, pasas por senderos y veredas, por pastizales por los que deambulan vacas, yeguas y caballos. Suaves ascensos.
Antiguas calicatas de carbón, el blanco de la corteza del abedul silvestre y cilíndrico y llegas al fantástico y limpio chozo de Matalmozo, “el chozo 2009”.
Y así de simple hemos experimentado las “sensaciones” de esta marcha








El arado con vertedera

Suaves ascensos


AL fondo el pantano de Aguilar


El valle de San Cebrian


Un corzo, estaba cerca


 el blanco de la corteza del abedul silvestre y cilíndrico 





Bajada por el acebal de Perapertú


 y llegas al fantástico y limpio chozo de Matalmozo, “el chozo 2009”.


Junto al chozo


Fotógrafo en apuros


La satisfacción  de haber disfrutado.


El pensamiento profundo


Que bien lo hemos pasado

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