sábado, 3 de octubre de 2015

El Sabinar de Peña Lampa 1.804 m. - Montaña Palentina





El Sabinar de Peña Lampa 1.804 m.
E                 
(Desde el pueblo de Velilla del  Rio Carrión)
Montaña Palentina

(Siempre que regresas a la montaña encuentras algo diferente e interesante por pequeño que sea y siempre se camina animado de disfrutar del día)

“Sensaciones en la cima”

30 de septiembre de 2015


La ruta es de dificultad media.  Desde Velilla, dirección Portilla de la Reina, a unos cuatro kilómetros giramos a la izquierda tomando la carretera de la zona de las minas, y en la base de Peña Lampa, en el sabinar, dejamos un coche. Con los otros dos coches, pasamos la Portilla de la Reina y los dejamos al margen izquierda, frente al Pico Arbillos y ascendemos por un camino de hayas, robles y mostajos. Subimos, por el Collado de la Peña Lampa, a las dos cumbres y bajamos por el sabinar de Peña Lampa, donde habíamos dejado el otro coche.

Recorrimos 14 km.
Caminantes: Alberto, Manolo, Keko, Jesús, Otto y Teo.






 Sabinas secas. Dicen que al anochecer, cuando no las ven, caminan por esos montes, con paso silencioso, con sus ramas desmayadas, con sus pocos pelos de hojas verdes. Es un misterio.






“Sensaciones”

 EL SABINAR DE PEÑA LAMPA 1.804 M.                  

(Desde el pueblo de Velilla del  Rio Carrión)

Ahí están siete rebecos, corren, saltan, parecen no tocar el suelo, juguetean con la distancia, se ocultan tras las rocas. Sobre nuestras cabezas, un buitre con su elegante vuelo.
Ascendemos por un sendero de hayas, robles y mostajos, desde donde vamos  observando a lo lejos, nuestra Peña Lampa.
Increíble,  una niebla oscura nos sorprende y nos quita toda la visibilidad. Hacemos un reconocimiento de lugar a ciegas, hay dudas; dudas que desaparecen con la niebla que levanta.
Ascendemos sobre rocas rodadas, sobre bloques de piedra, alcanzamos el Collado de Peña Lampa. Aparecen los valles, el pueblo leonés de Besande, pantanos, montañas, el Pico Arbillos, la fumata blanca de la Térmica de Velilla.
Hemos alcanzado las dos cimas, tiempo de relajación, un espacio sorprendente para contemplar y para los que aprecian el mirar.
Descendemos por la cara sur, por los sabinares. Sabinas longevas, verde oscuras, que resisten las bajas temperaturas invernales, misteriosas, parecen guardar secretos, de tronco torneado, no tienen mucha altura. Y junto a ellas te sorprende la naturaleza muerta o "viva". Y ahí está esa sabina, de tronco seco, que se niega a desaparecer, que agarra sus raíces sobre las rocas. Sabinas secas, de rostro viejo que parecen llenas de sabiduría, de tronco retorcido que mantienen sus atractivas formas. Dicen que al anochecer, cuando no las ven, caminan por esos montes, con paso silencioso, con sus ramas desmayadas, con sus pocos pelos de hojas verdes. Es un misterio.





Y queremos que el invierno no llegue y que se alargue el otoño.



La fumata blanca de la Térmica de Velilla.



Ascendemos sobre rocas rodadas, sobre bloques de piedra, alcanzamos el Collado de Peña Lampa


Aparecen los valles, , pantanos, montañas, el Pico Arbillos.
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Y en la cima de Peña Lampa, los pastores se protegen de los fríos invernales.




Sabinas longevas, verde oscuras, que resisten las bajas temperaturas invernales, misteriosas, parecen guardar secretos, de tronco torneado, no tienen mucha altura.



Y ahí está esa sabina, de tronco seco, que se niega a desaparecer, que agarra sus raíces sobre las rocas. 


Sabinas secas, de rostro viejo que parecen llenas de sabiduría, de tronco retorcido que mantienen sus atractivas formas.




Dicen que al anochecer, cuando no las ven, caminan por esos montes, con paso silencioso, con sus ramas desmayadas, con sus pocos pelos de hojas verdes. Es un misterio.


Caminan por esos montes, con paso silencioso, con sus ramas desmayadas, con sus pocos pelos de hojas verdes.


Una mina abajo de Peña Lampa.




Y caminamos entre las sabinas y las piedras


Hemos alcanzado las dos cimas, tiempo de relajación, un espacio sorprendente para contemplar y para los que aprecian el mirar.



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